La religión fenicia era politeísta. Cada ciudad tenía su dios y señor, el Baal. Este fue llamado Melkart en Tiro, Adonis en Biblos, Amón en Cartago. La diosa suprema Astarté, era frecuentemente unida al Baal de las diferentes ciudades.
Una invención que demuestra el genio práctico de este pueblo fue el alfabeto. Las escrituras hasta entonces utilizadas -escritura cuneiforme y jeroglíficos egipcios- eran de gran complejidad y no permitían llevar cuentas minuciosas ni sostener una asidua correspondencia comercial.
Los griegos fueron los primeros en dar una explicación racional del universo, que se reflejó en un gran desarrollo de la filosofía, la ciencia, la literatura y el arte, su educación tenia como ideal formar al ser humano corporal e intelectualmente; sin embargo, para los antiguos griegos, lo únicos que podían tener acceso a la educación eran los varones, las mujeres, salvo las espartanas. La poca educación que tenían era la que podían aprender de sus madres y abuelas, y está se enfocaba primordialmente a las labores de la casa: cocina, tratamiento de lana, tejidos, algunos cálculos, música y un poco de lectura.
La enseñanza no era obligatoria, el padre podía educar o encargar la educación de sus hijos a otras personas, hasta que este cumpliera los dieciocho años. Los primeros siete años, el niño griego recibía la educación por parte de su madre o alguna nodriza. Esta educación consistía en mitologías e historias tradicionales. A partir de los siete años, iniciaba su formación cultural, o “Paideia”, donde cursaba gramática, música y gimnasia.
El niño comenzaba a leer y a escribir, esta ultima actividad la realizaba sobre un tablilla de madera barnizada de cera, en la trazaba caracteres con ayuda de un estilete. Después de que aprendía a leer y a escribir, tenía que aprender versos y fragmentos de poetas.El autor principal era Homero, ya que consideraban que éste enseñaba todo lo que debía saber un hombre digno: las actividades a realizar en época de paz o de guerra, así como los oficios, la política y la diplomacia, la sabiduría, el valor, la cortesía y el deber para con los padre y los dioses.
La música era muy importante para los griegos, ya que se ésta educaba el alma, el instrumento por excelencia era la lira, y al parecer, los jóvenes aprendían a la par de la música, también el canto y la danza. La gimnasia, probablemente la iniciaba a los doce años. Los alumnos se dividían en dos clases, los pequeños “PAI’DE”, que tenían de doce a quince año y los mayores “NEANIVSKOI” de quince a dieciocho años. Los deportes más practicados eran la lucha, la carrera, el salto, el lanzamiento de disco y de jabalina.

DIFERENCIAS ENTRE LA EDUCACIÓN ATENIENSE Y LA ESPARTANA
En Atenas, a los 18 años se iniciaba la preparación militar, que se prolongaba durante dos años. Una vez finalizada, y si la familia podía permitírselo, se continuaban los estudios superiores. Atenas contaba con dos escuelas famosas: la Academia, en la que enseñaba Platón, y el Liceo, donde Aristóteles impartía sus enseñanzas.
En Esparta, el sistema educativo era muy exigente y daba mucha importancia a la preparación física. A los siete años, los niños ingresaban en academias militares donde aprendían el arte de la guerra. En general, las niñas griegas se educaban en la casa. Sin embargo, las mujeres espartanas recibían la misma preparación física que los hombres, con el fin de que alumbraran hijos sanos y fuertes.
LOS ROMANOS
Época antigua (hasta el siglo II a. C.)
En esta época antigua de la historia de Roma, la educación de los muchachos se limitaba a la preparación que podía darle su padre. Se trataba de una educación de campesinos, basada fundamentalmente en el respeto a las costumbres de los antepasados (mos maiorum). Desde la más tierna infancia se les enseñaba que la familia de la cual eran miembros constituía una auténtica unidad social y religiosa, cuyos poderes estaban todos concentrados en la cabeza, en el paterfamilias, que era el propietario de todo, con derecho de vida y muerte sobre todos los miembros de la familia.
Hasta los siete años era la madre la encargada de la educación de los hijos. La madre es la maestra en casa. Ejerce, pues, un papel de suma importancia: no se limita sólo a dar a luz al hijo, sino que luego continúa su obra cuidándolo física y moralmente. Por eso su influencia en el hijo será importante durante toda la vida de éste.
A partir de los siete años era el padre quien tomaba la responsabilidad de la educación de los hijos. Un padre enseñaba a su hijo -puer- a leer, escribir, usar las armas y cultivar la tierra, a la vez que le impartía los fundamentos de las buenas maneras, la religión, la moral y el conocimiento de la ley. El niño acompaña a su padre a todas partes: al campo, a los convites, al foro, etc.
Por su parte, la niña -puella- sigue bajo la dirección y el cuidado de su madre, que la instruye en el telar y en las labores domésticas.
El definitivo perfeccionamiento a su formación lo daba el ejército, en el que se ingresaba a la edad de 16 o 17 años. La fuerza del ejército romano residía en su disciplina: el cobarde era azotado hasta morir, el general podía decapitar a cualquiera por la menor desobediencia, a los desertores se les cortaba la mano derecha, y el rancho consistía en pan y legumbres.
A partir del siglo ll a. c.
A partir de los siglos III y II a. C. Roma entra en contacto con la cultura griega al conquistar la Magna Grecia. Desde entonces, la superioridad cultural griega marcará la cultura y la educación romanas. Maestros y rétores llegan como esclavos a Roma y se dedican a impartir la docencia en las casas de sus dueños e incluso abren escuelas, una vez obtenida la libertad.
La implantación del sistema educativo griego no se hace esperar. De este modo, la Roma rústica se va a convertir en portadora y transmisora del caudal humanístico griego. A partir de ahora gran número de pedagogos, gramáticos, retóricos y filósofos invaden las calles de Roma, y los romanos aceptan sus enseñanzas (aunque no sin algunas reticencias).
A partir de ese siglo, la organización de su enseñanza fue:
a) Enseñanza primaria. La enseñanza primaria ocupaba a los niños desde los siete años hasta los once o doce. Esta primera enseñanza podía recibirse en casa, con profesores particulares, pero la mayoría de niños y niñas acudía a la escuela del litterator.
El niño acudía a la escuela muy temprano, acompañado del paedagogus, generalmente griego. La jornada solía ser de seis horas, con descanso a mediodía, y un día festivo cada nueve días -nundinae- . El curso comenzaba el mes de marzo, y había vacaciones estivales (desde julio hasta los idus -el 15- de octubre).
Las escuelas eran locales muy humildes, donde había sillas o bancos sin respaldo para los alumnos, que escribían con las tablillas apoyadas en las rodillas. En la escuela primaria se aprendía a leer, escribir y contar, bajo una férrea disciplina que castigaba con severidad cualquier falta.
b) Enseñanza secundaria. La enseñanza secundaria, impartida por el grammaticus, acogía a niños y niñas desde los once o doce años hasta los dieciséis o diecisiete. Se centraba en el estudio de la teoría gramatical, lectura de autores clásicos griegos y latinos y comentario de los textos leídos. A partir del comentario del texto se enseñaba a los niños geografía, mitología, métrica, física, etc.
c) Enseñanza superior. Finalizada la enseñanza del grammaticus, el joven que decide dedicarse a la oratoria y a la actividad pública pasa a la escuela del profesor de retórica (rhetor), generalmente griego.